Explora el mundo, explora el amor, explora tu cuerpo, es una campaña que realizamos con el artista visual Luis Vargas Santa Cruz hace algunos años. Trataba de autoestima. Trataba del sentido de vida de las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama. Por ello, preguntamos a diferentes mujeres qué le daba sentido a sus vidas, qué las inspiraba a despertar todos los días y seguir luchando. Fue así como conseguimos las frases que aparecen en los carteles.
Vale la pena vivir por el mar, la inmensidad, el destino, por vibrar, maravillarse con la vida y reinventar el universo. Vale pena vivir por suspirar, soñar, sentir, reír y jugar, por disfrutar mil veces las mismas cosas. Por la familia. Por la búsqueda. Por sorprender y dejarse sorprender. Por enfrentar lo que sea, porque superar el cáncer de mama es volver a nacer. Por descubrir todas las posibilidades que la vida ofrece. Vivir para bailar, para abrazar a la gente amada, para festejar el aquí y ahora cada segundo. Vivir para respirar, para imaginar, llorar. Vale la pena vivir por dar vida.
Las imágenes reproducen escenarios naturales y mujeres inmersas en ellos, con los ojos cerrados, sintiendo sus cuerpos y sus vidas intensamente. Mujeres seguras de sí mismas, que son más que un seno, más que sus cicatrices. Mujeres que se aceptan a sí mismas y que se encuentran orgullosas de sus marcas de guerra. Mujeres que disfrutan cada experiencia y fase, sin autocastigarse.
Esta campaña tiene especial significado para mí. Fue un grito de guerra contra los estereotipos sobre el cuerpo femenino y la edad. Buscábamos realmente mostrar que una mujer con un fuerte sentido de vida y capacidad para soñar, pero también para vivir con los pies en la tierra, no se doblega ante la imposición de un cuerpo o edad específicos.
El nombre surgió por las dimensiones en que suele manifestarse la depresión; trastorno psicológico que en un importante número de casos diagnosticados, aparece de manera reactiva. La depresión se percibe en el paciente en su manera de ver el mundo, de ver a la gente, el futuro y a sí mismo, así que empoderamos al lenguaje de una manera simple, para resignificar la percepción, a través de redescubrir, experimentar y contactar profundamente con la naturaleza, las personas, la espiritualidad y con uno mismo. Si el cáncer de mama es una manera de renacer; ¿por qué no darse la oportunidad de vivenciarlo todo, con mayor apertura?
Renacer es explorar el mundo con curiosidad, explorar el amor con aceptación incondicional y explorar el cuerpo como vehículo de la esencia propia. Renacer es darse una oportunidad de dar su justo valor a todo, de hacer introspección y liberarse a través del amor.
Mucho hay que decir sobre esta campaña, pero nada tan importante como la urgencia de replantear los estándares de belleza en un país machista como México, para progresar socialmente y dejar de someter a las mujeres; que, en muchas ocasiones, mientras enfrentan la dureza del diagnóstico, la mastectomía y los tratamientos del cáncer, deben, encima, soportar las frases y conductas de desaprobación de sus parejas retrógradas, así como otra clase de comentarios insensibles.
Hoy más que nunca necesitamos de la solidaridad de género.
Y si hoy te detectaran con cáncer de mama, ¿ cuánto amarías tu cicatriz? y, ¿qué significado le darías?