A través de los 237 minutos de duración, Ai no mukidashi de Sion Sono desarrolla una visión crítica sobre las religiones, cargada de ironía, kitsch, música –que es parte de su sello– e imágenes poéticas.
Muestra la vida del adolescente Yu Honda, marcada por el catolicismo de sus padres y la muerte y últimas palabras de la madre, quien le obsequia una figura de la virgen María y le pide que busque una mujer así y se case con ella.
A partir de la pérdida, Tetsu, padre de Yu Honda, se convierte en un estricto y devoto sacerdote que crea una iglesia y rápidamente obtiene la aceptación y acogimiento de la comunidad por su entrega al dar la misa. Esto, lejos de beneficiarlos como familia compuesta sólo por padre e hijo, dificulta su relación, al alejarlos cada vez más, salvo por los días en que Tetsu le pide que asista a la iglesia para confesar sus pecados. Ante el distanciamiento físico y emocional, Yu Honda, frustrado por no tener pecados interesantes que confesarle, inicia un camino hacia la degradación –una constante en los personajes sionsonescos– con el único objetivo de tener pretextos sólidos para acercarse diariamente a su padre del único modo posible: como pecador.
Las faltas se agravan gradualmente, a medida que Yu aprende a robar, pelear y tomar fotografías pervertidas de mujeres en la calle gracias a todo un entrenamiento artístico-espiritual-técnico-ninja, hasta convertirse en un experto; un admirado guía para sus amigos y aprendices y un pecador capaz de provocar la violencia e instinto paternal de Tetsu.
Las actividades pervertidas consiguen reemplazar en cierta medida la necesidad de atención y afecto en la relación padre-hijo, lo lleva a resignificar su vida. Aún así, no son capaces de estimularlo erótica ni emocionalmente, debido a su amor idealizado –y espera respectiva– por la Virgen María; eso, hasta que gracias a una apuesta conoce a Yoko, una adolescente rebelde, agresiva y destructiva con antecedentes de violencia sexual por parte de su padre pervertido. Ella es su María. Y Yoko es, a su vez, la hijastra de la amante de su padre. Pero, como si no bastara, hay un pequeño detalle: Yu se enamora de ella, en tanto Yoko desarrolla una atracción lésbica intensa por Sasori, su alter ego femenino desarrollado sólo para cumplir la apuesta.
Ai no mukidashi (Love exposure)
Japón, 2008
Largometraje de culto
Duración: 237 minutos
Género: Thriller, comedia romántica, cine de acción, comedia dramática
Dirección: Sion Sono
Guión: Sion Sono
Fotografía: Souhei Tanigawa
Música: Tomohide Harada
Reparto: Takahiro Nishijima, Hikari Mitsushima, Sakura Ando, Makiko Watanabe y Atsuro Watabe